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Así me convertí en el cineasta Uli Stelzner

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Pudo ser futbolista profesional en Alemania, pero al no comulgar con las ideas políticas de la época, dejó su país y se sumergió en los lugares más recónditos de América Latina. Así conoció la realidad del continente y descubrió su amor por el cine y por contar historias. Escrito por  Emiliano Castro Sáenz a partir de la entrevista con Uli Stelzner.

Foto: Luis Soto

Foto: Luis Soto

Nací en Hiltrup, Alemania en 1961. Soy el menor de dos hermanos y desde chico fui muy bueno en el fútbol. Sin importar cómo estuviera el clima afuera –sol, lluvia, nieve– yo jugaba al fut. Crecí en un barrio obrero, en una comunidad muy conservadora y tuve una niñez feliz. A los diez años nos mudamos al sur del país, pero el ambiente no era mejor.

En mi adolescencia me enfrenté a un entorno con el que no estaba de acuerdo. La sociedad era muy cerrada, nadie hablaba de política por temor, y tuve profesores afines al nazismo. En la secundaria mi desempeño en el fútbol mejoró aún más y me ficharon en un equipo profesional de segunda división.

Sin embargo, en ese entonces existía el servicio militar obligatorio y yo no quería enlistarme, quería continuar en el deporte. Así que planifiqué una forma de evadirlo y fingí un colapso nervioso. Permanecí doce días en el hospital y fue suficiente para convencerlos. Sin embargo, nunca preví la decepción con la que me verían mis vecinos y los miembros de la comunidad. Supe que me tenía que ir.

A los veinte años ahorré lo suficiente y compré un pasaje aéreo a Bolivia. No hablaba español, pero lo aprendí en cuatro meses y me acoplé muy bien. Viví en una comunidad muy pobre y trabajaba a cambio de comida, esa era toda mi paga. Al mismo tiempo comencé a aprender a tomar fotos y a ver el mundo a través de un lente. Allí descubrí mi pasión.

Viví en Bolivia tres años y luego regresé a Alemania, pero no pasé más de un año allí y preferí volver a Sudamérica. Me mudé a Perú y comencé a trabajar en mi primer documental, Somos ambulantes, el cual se estrenó en 1987. Trataba sobre la vida de los vendedores ambulantes de Lima, quienes subsistían en una época de mucho miedo, un tiempo en el que Sendero Luminoso tenía mucho poder. Incluso yo sobreviví un atentado dentro de un autobús, pero terminé mi filme y lo presenté.

En 1990 conocí a un líder de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), quien visitaba Alemania para contar sobre la desaparición de diez estudiantes de la Universidad de San Carlos. Regresé con él y vinimos a entrevistar a autoridades y funcionarios, y exigir la búsqueda de estos chicos. Nunca aparecieron, pero yo me quedé en el país

Simultáneamente, comencé a estudiar Pedagogía y Comunicación Visual en Kassel, Alemania, y muchos de los proyectos que presentaba eran películas que ya había hecho.

En 1990 conocí a un líder de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), quien visitaba Alemania para contar sobre la desaparición de diez estudiantes de la Universidad de San Carlos. Regresé con él a Guatemala y vinimos a entrevistar a autoridades y funcionarios, y exigir la búsqueda de estos chicos. Nunca aparecieron, pero yo me quedé en el país.

En 1991 comencé a trabajar en mi primer documental guatemalteco, Refugiados de una guerra escondida, el cual se estrenó en 1994. Desde ese momento hasta la fecha, he trabajado siete en el país. Otra de las obras que me marcó fue el filme que hice de la ruta de viaje que utilizan los migrantes para llegar a Estados Unidos. Este se estrenó en 1993, pero fue censurado en México.

Lo que más me marcó de ese proyecto fue lo mucho que lo apreciaron los propios migrantes. Tuve un sinfín de personas que se acercaban a mí y me pedían una copia para enseñárselas a sus familiares, “esta es la única forma en la que me creerán lo que viví”, me repetían.

Durante los últimos 25 años he dividido mi tiempo entre América y Europa, y principalmente en Guatemala. En 2009 inauguré la primera Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia. Durante los últimos siete años me he dedicado a dirigir este proyecto, selecciono cada película cuidadosamente. El fin es presentar largometrajes que tengan un impacto trascendental en la vida de los asistentes.

Hace pocas semanas concluyó la séptima muestra y renuncié. Ha sido un viaje largo y emocionante, pero ya no puedo seguir con ella, demanda mucho de mi tiempo. Ahora me dedicaré a continuar con mis proyectos y espero regresar a filmar más cine y seguir conociendo Latinoamérica.

Más sobre Uli Stelzner

  • Uli tiene 54 años y reside la mayor parte del tiempo en Berlín, Alemania. Allí viven sus tres hijas y sus padres. Sin embargo, pasa alrededor de cinco meses al año en América Latina, principalmente en Guatemala.
  • La Muestra de Cine Internacional Memoria VerdadJusticia se presentó durante siete años. En cada ocasión se trasmitieron entre 28 y 30 películas.
  • Los documentales en los que Guatemala ha sido protagonista incluyen: Refugiados de una guerra escondida (1994), Los civilizadores: alemanes en Guatemala (1997), Las aventuras de una gata (2000), Testamento (2002), La isla: archivos de una tragedia (2009) e Insight Abogado (2015). Se pueden adquirir en Sophos o en la Casa del Libro.
  • En total, Uli ha filmado nueve documentales y ha organizado un sinfín de giras de películas en Centroamérica.

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