Somos un proyecto artístico del Memorial Para la Concordia diseñado para llamar la atención sobre las problemáticas que afectan a las mujeres y niñas en Guatemala. Nos proponemos llevar la música latinoamericana a otro plano. Escrito por Emiliano Castro Sáenz a partir de la entrevista a Julio Solórzano Foppa, coordinador del proyecto.
Pese a que nuestro proyecto, la Orquesta Sinfónica Juvenil Femenina Alaíde Foppa, se gestó desde hace varios años, a principios de 2015 éramos apenas una hoja en blanco. Ahora somos una realidad. En el marco del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, haremos nuestro cuarto concierto en la Gran Sala Efraín Recinos, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.
Los otros tres eventos los llevamos a cabo hace tres meses, en el atrio de la Catedral Metropolitana, en el Palacio de los Caballeros en La Antigua Guatemala y en el Conservatorio Nacional de Música. Todo esto para conmemorar la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Hasta mediados del año pasado, no había músicas, ni instrumentos, ni espacios para ensayo ni una maestra. Solo Manuel Toribio y Julio Solórzano Foppa, director de orquesta y productor, respectivamente. Ni siquiera contábamos con un teatro dónde presentarnos, ni instituciones como universidades, ministerios o municipalidades que nos apoyaran. Bueno… ni siquiera teníamos dinero. ¡Era una locura!
Con todos esos retos y, precisamente por tratarse de una locura, lo hicimos. Logramos conformarnos, brindar las funciones y gestionar un futuro que va desde desarrollar la orquesta en La Antigua hasta procurar nuevas generaciones de maestras y músicas en el país.
Primero hablamos con la Escuela Municipal de Música, en el edificio de Correos en la capital, en donde tienen orquestas juveniles. Luego, con el Conservatorio Nacional, con el Ministerio de Cultura y Deportes, con el Sistema de Orquestas de Guatemala (SOG). Así reclutamos a las músicas y así también conseguimos los primeros instrumentos para formar la orquesta.
Ni siquiera contábamos con un teatro dónde presentarnos, ni instituciones como universidades, ministerios o municipalidades que nos apoyaran. Bueno… ni siquiera teníamos dinero. ¡Era una locura!
Después hicimos tres eventos para recaudar fondos y conseguir más equipo. Uno en casa de Fernando Delgado, quien es el representante del Fondo Monetario Internacional en Guatemala y además es músico, por lo tanto se involucró en cuerpo y alma. Otro fue en casa de una empresaria del Club Rotario Guatemala Vista Hermosa (zona 15) y uno más, en el auditorio Luis Cardoza y Aragón, en la Embajada de México, con el apoyo de la embajadora Mabel Gómez Oliver.
Lo único que faltaba eran las maestras, quienes fueron auspiciadas por el sistema de Iberorquestas juveniles. Vinieron las primeras tres maestras mexicanas: Angélica Barroso, Liliana Mejía y Marina Gaytán; y gracias a las embajadas de Argentina y Venezuela, vino otra más desde Argentina: Lucía Zicos.
También se unió Kimberly Flores, originaria del Puerto de San José y miembro del Coro Nacional, para liderar los cantos.
En ese momento, ya con maestras, solo faltaba ensayar y prepararnos. Algunos ensayos coincidieron con los sábados, cuando las plazas se llenaron de gente inconforme con el gobierno y, al término de estas manifestaciones, algunos de nuestros integrantes iban a protestar.
Y justo antes del concierto inaugural del 25 de noviembre, nos sumergimos en un campamento de ocho días en el Instituto Indígena Santiago a la salida de la Calzada Roosevelt, con 100 de las artistas. Además de la educación musical, llegó gente de Naciones Unidas Mujeres y de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (Unamg), que les dieron talleres de ciudadanía con perspectiva de género. Y además, afinamos el repertorio que incluye piezas exclusivas para la orquesta como Evocaciones de una ignota heroína, del maestro Joaquín Orellana o el estreno mundial de Alas, en honor a la premio nobel Malala Yousafzai, del maestro Arturo Márquez.
La idea no es solo crecer a nivel musical, buscamos empoderarnos como mujeres, crecer y velar por un país con equidad.
Más sobre la Orquesta Alaíde Foppa
- El 5 y 10 de marzo, la orquesta Alaíde Foppa brindará dos conciertos gratuitos: el primero en la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias a las 7 p.m. y el segundo, en el atrio de la catedral de La Antigua Guatemala.
- El conjunto cuenta con las directoras guatemaltecas Rosana Paz, Kimberly Flores e Isabel Ciudad Real; 120 mujeres en instrumentos y 40 más, en el coro.
- Manuel Toribio proviene de una familia con tradición musical, en Sumpango, Sacatepéquez. Fue director del Conservatorio Nacional y dirige dos orquestas infantiles en Mazatenango y Retalhuleu.
- Julio Solórzano Foppa, originario de la Ciudad de México, es hijo de Alaíde Foppa, poeta guatemalteca desaparecida en el conflicto armado. En México y Estados Unidos dirigió el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, fue productor de cine y eventos artísticos. Además, creador de la orquesta sinfónica Juvenil de Tepoztlán, Morelos, en México. Es el coordinador del Memorial Para la Concordia.
- La orquesta recibe el apoyo del Ministerio de Cultura y Deportes, la Dirección de Educación y Cultura de la Municipalidad de Guatemala, Naciones Unidas, entre otras organizaciones locales de arte, cultura y numerosas asociaciones civiles especializadas en temas de género.