Mi nombre es Juan Carlos Pérez, tengo 42 años. He subido más de tres volcanes con mis manos para demostrar que las limitaciones físicas no son un impedimento, sino otra forma de ver la vida. Escrito por Fabiola Martínez a partir de una entrevista con el protagonista. ContraPoder / fabiola.martinez@contrapoder.com.gt

Mis amigos me llaman JC Pérez. Cada año subo un volcán en Guatemala, solo uso mis manos y el apoyo de diez personas que me acompañan en el proceso por cualquier emergencia. Empecé con escalar el Ipala, luego el de Agua, Acatenango, Tajumulco y hace poco el Tacaná. El Acatenango me tomó 45 horas, cuando a otros les toma nueve. ¿Que por qué lo hago? Lo resumo en mi lema: “Cero excusas”.

Cuando tenía nueve meses de edad, me diagnosticaron polio y escoliosis. Para los ocho años, ya me habían realizado siete operaciones: dos en la columna, una en el pie izquierdo y las demás, en las piernas. Tuve una niñez difícil: no podía caminar ni jugar fútbol con mis compañeros y tampoco tenía una silla de ruedas para moverme.

Cuando era adolescente y ya tenía una silla, conseguí mi primer trabajo en una zapatería con don Pedro, donde ganaba Q3.75 por dos días. Cuando tenía 16 años me fui a Hamilton Park, Los Ángeles, donde terminé mis estudios básicos. En 2008 perdí mi empleo y decidí que era el momento de regresar a Guatemala.

Al llegar conseguí trabajo en un call center en el que me mantuve durante cinco años, mi economía mejoró, me compré un carro –adaptado para mí– y empecé a vivir bien a pesar de mis limitaciones.

Siempre me gustaron los deportes, especialmente el atletismo. Mi primera maratón la corrí en Estados Unidos y en 2009, me uní a la carrera Arco Iris en Guatemala, era el único en silla de ruedas. Comencé a participar en otras, incluida la media maratón de la ciudad. La empresa GNC me contrató para promocionar su marca en estos eventos.

Surgió el lema “Cero excusas” para demostrarles que las limitaciones no existen. Mis pláticas no se basan en dar lástima sino en formar personas trabajadoras y felices

Con el tiempo, el atletismo me presentó a dos de las personas más importantes en mi vida, Carlos Silva y Catherin Chomali. A Carlos lo conocí hace seis años en una tienda de GNC y a Cathy, en una carrera. Ambos se convirtieron en mis mejores amigos y fueron los encargados de iniciarme en el mundo de las pláticas motivacionales.

Empecé a dar charlas en las calles de la ciudad y en las carreras a las que asistía. La primera fue a un grupo de scouts en la zona 1. Luego, en 2013, la Cervecería Centroamericana me contactó para participar en la convención anual de sus trabajadores. A partir de esta conferencia, me empezaron a llamar de colegios y escuelas para impartir charlas a sus alumnos. Entonces, surgió el lema “Cero excusas” para demostrarles que las limitaciones no existen. Mis pláticas no se basan en dar lástima sino en formar personas trabajadoras y felices.

Me uní a las empresas GNC, Elektra y Areca como su imagen motivacional. Mi trabajo consiste en lograr que las personas se identifiquen con la marca para la que laboran. También asesoro a los organizadores de carreras deportivas, en mi área.

Para que mi trabajo motivacional tuviera impacto, fundamos en 2014 la Asociación Dios es Amor. Apoyamos a 500 niños de escasos recursos, de los cuales 100 poseen becas escolares y los otros reciben víveres y ropa. Además, apoyamos a cuatro jóvenes universitarios con sus gastos de traslado, comida y útiles.

A todos les enseñamos que deben trabajar para ganarse la vida. Siempre les digo que si les doy un limón que, al menos, hagan limonada y la vendan.

Más sobre Jc Pérez

• El siguiente reto de JC Pérez es escalar las cinco cumbres más altas de Centroamérica y en un futuro, las de Latinoamérica. Trabaja también en su libro Cero excusas.
• JC Pérez cuenta con una página en Facebook, con al menos 2,268 seguidores, y otra en Instagram. Su correo es eventos@iniciativat.com
• Los corredores sin limitaciones ganan alrededor de Q10,000 más que los atletas con capacidades especiales, que obtienen el primer lugar en su categoría.
• El 3.7 por ciento de la población guatemalteca sufre de algún tipo de discapacidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).