Debe demostrar que no es un político tradicional y que combatirá la corrupción. Es ahora o nunca.
Estamos cerca de que Jimmy Morales tome posesión y lo haga en un momento histórico para el país. El nuevo gobierno iniciará bajo la sombra de los escándalos de corrupción que pusieron fin al mandato de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. Sin duda alguna, dichos escándalos beneficiaron a Morales en las elecciones, ya que la población decidió despertar y rechazar categóricamente a los políticos tradicionales que tanto daño le han causado a Guatemala.
Albert Einstein decía: “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”. Y es precisamente lo que había sucedido en Guatemala, ya que la mayoría de la población estaba prácticamente sentada mientras todo ocurría. Sin embargo, eso cambió para fortuna de nuestro país. Ahora tenemos una ciudadanía activa, atenta e informada de lo que pasa. Una ciudadanía que entiende que no se trata de pagar más y más impuestos para que los políticos se enriquezcan de la noche a la mañana. Se trata de que haya resultados, transparencia, priorización y eficiencia en los gastos, que se sepa en qué se gastan e invierten los impuestos que se pagan. No se trata de exigir vivir en un país de primera, pagando impuestos de un país de tercera, cuando menos de 2,700 contribuyentes pagan el 76 por ciento de los impuestos de Guatemala. Se trata de ampliar la base de contribuyentes y que paguen los que no pagan, se trata de que los políticos no sean los de un país de quinta, que no tienen vergüenza y se roban los impuestos, que en algunos casos alcanzan tasas superiores a las que se pagan en países desarrollados.
"Jimmy Morales debe demostrar su transparencia antes de empezar con la cantaleta de que necesitará más impuestos".
Llora sangre que estos políticos se roben la vida de muchos ciudadanos, expongan la seguridad de los que pagan sus salarios y sigan despojando oportunidades en educación e infraestructura a los guatemaltecos. No puede hablarse de aumentar los impuestos cuando estamos viendo las grandes estructuras corruptas que han puesto en trapos de cucaracha a muchas instituciones gubernamentales, las más evidentes en el sistema educativo y de salud en el país.
La credibilidad y solvencia de los políticos tradicionales están por los suelos, no existe confianza en los guatemaltecos y, aun- que el presidente electo no es un político tradicional, ese será su gran reto. El gobierno de Morales deberá tener resultados rápidos en algunos ámbitos para empezar a obtener la confianza y el apoyo de la ciudadanía. Tiene que ganarse la credibilidad y demostrar su transparencia antes de empezar con la cantaleta de cada gobierno acerca de que necesita más impuestos.
En su primera comparecencia pública tras ser oficialmente electo, Morales ratificó que su prioridad será el combate frontal a la corrupción. Esperemos realmente que así sea. Soy de la opinión de que este momento histórico en nuestro país es la oportunidad de oro que tenemos para que las cosas cambien, y empecemos a ver resultados concretos en la gestión gubernamental. Si este gobierno, junto con la ciudadanía, no logra cambiar el sistema y la forma de gestión de gobierno por resultados, ya nunca se logrará. Esta es la oportunidad de eliminar la mafia sindical que tiene amarradas de manos a muchas instituciones del país, de una depuración en el Congreso y en el Organismo Judicial, así como de darle un ultimátum a la Contraloría General de Cuentas para que haga su trabajo. Este es el momento de dar un giro y lograr un mejor país, la oportunidad está en la mesa y no la debemos desperdiciar. ¡Ánimo!