Vivimos en un mundo en donde la teórica mano invisible presuntamente dicta qué debe producirse, cómo y cuánto producir y quiénes están dispuestos a comprar lo producido.

Foto: Santiago Billy/Diario Digital
Supuesta invisibilidad que se queda en teoría por muchos motivos. A pesar de sus falencias, los mercados se han impuesto como el sistema más eficiente para resolver a esas preguntas económicas. Dado el contexto mundial, las pocas naciones que aún tienen remanentes del otrora comunismo —China, Laos, Corea del Norte, Vietnam y Cuba— flexibilizan sus estructuras hacia los mercados, hacia economías mixtas, como todas las demás. Aquí reside la importancia del cambio de paradigma en cuanto a la comprensión del mundo actual. La dicotomía comunismo-capitalismo pierde sentido. Las diversas formas de comprender y abordar al comunismo han sucumbido debido a sus imperfecciones estructurales incluyendo el contexto dentro del cual fueron aplicadas. Hoy naciones enteras han modificado su modelo político-económico; han adoptado —o pretendido adoptar— o se han adaptado al modelo mixto imperante. Cuba está en una transición estructural importante.
Así también el Capitalismo imperfecto en el que vivimos, después de la gran recesión del 2008 mostró cómo el homo economicus y su comportamiento racional es incapaz de regularse endógenamente, más aún en un contexto donde la “libre competencia” se queda solo en la teoría. Recordemos que el equilibrio general no es más que una herramienta teórica de análisis y la competencia perfecta no existe. El consumidor no es el soberano cuando una empresa puede manejar precios discrecionalmente. La concentración de capitales, de recursos, y el acaparamiento de mercados a través de oligopolios mundiales dibujan un escenario global que no responde al modelo planteado por Smith en 1776. Más bien se asemeja a sistemas monárquicos o dictatoriales, donde el poder concentrado establece la agenda. Esta vez en manos y a favor del poder económico concentrado —8% de la población acapara el 80% de la riqueza mundial— que accede a poderes cuasi-ilimitados para manipular precios, capturar a la demanda con estrategias mercadológicas y economías de escala, eliminando o absorbiendo a potenciales competidores. ¿Limitaciones implícitas a la libertad individual? Personas que además tienen capacidad de capturar al poder político y mediático. Poder que puede y debe ser regulado por un ente exógeno a la mano invisible de los mercados por la debilidad que éstos tienen cuando el consumidor se ve a sí mismo aislado en su individualidad. Nuevos paradigmas económicos requieren abandonar la división de la Guerra Fría y observar detenidamente esta emergente realidad.
El análisis entonces tiende a enfocarse en la óptima combinación Mercado/Estado en contextos Democráticos y de Libertad. Donde el mercado no responde, el Estado entra en juego. Para evitar las concentraciones de poder económico y las falencias del mercado como la degradación ambiental, por ejemplo, el poder político y coercitivo del Estado, a través de la democracia, juega un papel crucial. Sin embargo, la Democracia y sus instituciones también tienden a ser capturadas estructuralmente por minorías y por el fin último de un sistema que privilegia el consumo material, el bienestar inmediato y el hedonismo cultural por sobre valores comunitarios, sostenibilidad en el largo plazo y elementos no medibles monetariamente. El reto de asumir un nuevo paradigma en el debate político es además de global, generacional.
Hoy por hoy todas las economías son mixtas. Los grados de libertad individual varían a nivel global, en algunos lugares por una dictadura política explícita y en otras por la coerción económica implícita. El paradigma se reenfoca: ¿Hasta dónde deben los gobiernos intervenir o regular y hasta dónde dejar hacer y dejar pasar a los mercados? ¿Cuál es el rol de la ciudadanía privilegiada en un contexto de grandes asimetrías? ¿Cómo el consumismo puede ser regulado para evitar la insostenibilidad de un sistema que evidencia serios problemas, incluyendo falencias en el sistema de precios? Preguntas fundamentales para la generación del milenio, que enfrenta estos retos a nivel mundial.
Se busca, al final del día, el bienestar humano integral para todas las formas de vida, incluyente y sostenidamente en el largo plazo.
Al igual que usted, el resto de la sociedad global también tiene voz y opinión en las respuestas para la construcción de un nuevo paradigma para entender mejor donde estamos y hacia donde podemos ir.
Samuel Pérez Attías es Profesor de Economía en el Lester B Pearson College, Victoria. Canadá