Por Mike McDonald
Panamá, Nicaragua y Guatemala verán sus economías crecer en 2016. Pero El Salvador, Honduras y Costa Rica no tendrán la misma suerte.
Los países de Centroamérica registrarán un mayor crecimiento económico que sus pares del sur en el 2016. Panamá se situará a la cabeza. Las autoridades de ese país esperan concluir este año la ampliación del canal interoceánico, en el que han invertido US$5.2 millardos.
La Comisión Económica para América Latina (Celac) pronostica que el istmo, República Dominicana y Cuba crecerán 4.3 por ciento este año, igual que en 2015, y por encima de las naciones más grandes de Latinoamérica que han sido golpeadas por la desaceleración en China y el lento aumento en el comercio internacional.
Panamá acelerará su ritmo de crecimiento a 6.2 por ciento en 2016, impulsado por el sector de la construcción, mientras Nicaragua y Guatemala esperan tasas de 4.3 y 4 por ciento, respectivamente. Una encuesta del Banco de Guatemala, publicada en diciembre explica que la caída del precio del petróleo fue uno de los principales factores que influyó en el crecimiento económico y la baja tasa de inflación de 2015. Según analistas, el impacto se mantendrá este año.
“Los países de Centroamérica no van a sufrir como Brasil y Argentina. Son países que están mucho menos ligados a la demanda de materias primas de China y podrían verse beneficiados por menores precios del petróleo y alimentos”, considera Chris Sabatini, profesor de la Universidad de Columbia y director de Latin America Goes Global.
El crudo cerró el lunes pasado en su cotización más baja de la última década, debido a un significativo incremento en la producción. Bancos de inversión como Goldman Sachs y Morgan Stanley estiman que el precio podría caer hasta US$20 por barril, eso siempre y cuando la divisa estadounidense se siga fortaleciendo frente a otras monedas.
La Celac prevé, además, que Guatemala registrará un aumento en sus exportaciones y un alza en la demanda doméstica, lo que contribuirá a la aceleración de su economía.
A LA ZAGA
A pesar del comportamiento de los precios del petróleo, no todos los países del istmo ganarán fuerza en 2016. El Salvador se quedará atrás, su ritmo de crecimiento permanecerá por debajo del 2.4 por ciento. La empresa calificadora de riesgo Fitch advirtió, en diciembre, que la economía de ese país es “poco dinámica” y su “crecimiento bajo es la norma”.
Honduras no registrará un crecimiento como el de 2015. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional considera que los riesgos a la economía son “balanceados”, en medio de un fuerte crecimiento del consumo y la inversión pública. Un incremento de las tasas de interés en los Estados Unidos podría “reducir la velocidad de inversión extranjera directa en Honduras”, opina el organismo.
“Centroamérica está separada en dos,” afirma Paulo de León, director de la firma consultora Central American Business Intelligence. “Los países buenos, en materia de crecimiento, son Nicaragua, Guatemala y Panamá; y los malos, El Salvador, Costa Rica y Honduras”.
Costa Rica aún lucha por recuperar los empleos que perdió tras la salida de Intel y Bank of America. Aunque el país espera este año una leve mejora del crecimiento del producto interno bruto (PIB), debe incrementar sus ingresos tributarios y reducir el déficit fiscal. Este llegará a representar el 6.2 por ciento del PIB en 2016 y el 7 por ciento, en 2017.
“El gobierno de Costa Rica expresa una alta preocupación sobre la situación fiscal del país, y advierte que enfrenta una emergencia fiscal que ya no será sostenible en el 2018”, escribió a sus clientes Risa Grais-Targow, analista del Eurasia Group para América Latina.
Analistas señalan que si Estados Unidos sigue creciendo a un ritmo moderado, Centroamérica recibirá, entre otros beneficios, un mayor ingreso por remesas familiares y un incremento en las actividades comerciales y de turismo. “Si la economía de Estados Unidos continúa creciendo a los mismos niveles, le beneficia a Centroamérica porque es un gran mercado para los países de la región. Por lo general, creo que será un buen año para el istmo”, apunta Sabatini.