Nadie, con dos dedos de frente, hubiese nombrado al excapitán Óscar Platero Trabanino como subdirector de Inteligencia Civil. La Dirección de Inteligencia Civil (Digici) es una entidad cuya finalidad es recabar información sobre gente sospechosa de estar implicada en actividades criminales, compartirla con el Ministerio Público y poder así armar procesos penales.
Platero Trabanino ha tenido una conspicua trayectoria como difamador de defensores de derechos humanos y activistas sociales y, además, ha expresado de manera pública su disgusto contra el comisionado Iván Velásquez y el embajador de los Estados Unidos, Todd Robinson, a quienes ha exigido abandonar el país. Es impensable, entonces, que alguien con estas fobias pueda convertirse en la persona que recolectará información que luego utilizarán el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), para desmantelar estructuras criminales.
¿Quién empujó el nombramiento de Platero Trabanino? ¿Fue una petición del presidente electo Jimmy Morales? ¿Fue una iniciativa del presidente Alejandro Maldo- nado Aguirre y su gente?
El presidente electo, en una nota en su Facebook afirmó que él no ha solicitado al gobierno actual nombrar a persona alguna.
En el entorno del presidente Alejandro Maldonado, este admitió el domingo en Destino, de Canal Antigua, que él había visto la hoja de vida de Platero y que le había parecido apropiada para el puesto.
No obstante, en el gobierno de Maldonado las fuerzas que se desataron siguieron un curso más confuso y tortuoso de lo que él explicó en la entrevista. Según me dijo Julio Rivera Clavería, secretario técnico del Consejo Asesor de Seguridad Nacional, al nomás saberse del nombramiento, él convocó al Consejo y ahí, en presencia del presidente se discutió la eventual llegada de Platero.
La ministra de Gobernación, Eunice Mendizábal, explicó su decisión de destituir a la anterior cúpula de la Digici porque no trabajaban bien con ella. Rivera Clavería sugirió dejar los puestos vacantes, sin embargo la ministra aseguró que ya había nombrado a Platero para la subdirección y a Carlos Girón Méndez, para la dirección. El presidente y el resto del Consejo la dieron como acto consumado.
Según esta versión, la iniciativa habría venido de la propia ministra Eunice Mendizábal, quien aparentemente se ha quedado sola en un entorno en el que carece de apoyos políticos.
Recordemos que Mendizábal era la viceministra Antinarcóticos de Mauricio López Bonilla. Luego de la salida de López Bonilla, se consolidó el grupo afín al exgeneral Ricardo Bustamante, antagonista de López Bonilla. Al grupo de Bustamante pertenecen Julio Rivera Clavería, y Julio Godoy, secretario de Inteligencia Estratégica. Mendizábal habría accedido al pedido de militares de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua), entidad de la cual se desprende el partido Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), un grupo distinto, en un afán de superar su orfandad política y resistir los embates de los adversarios de su protector López Bonilla.
No obstante, el movimiento para insertar a Platero –si hemos de creer a Jimmy Morales– fue hecho sin avisarle. Esto genera otra preocupación: ¿dirige y conoce Morales al grupo que va a llegar con él al gobierno?
En pláticas con el círculo íntimo del presidente, lo que he podido constatar es que ninguno de los más cercanos colaboradores de Jimmy Morales sabía de Platero. Y menos aún, tienen idea del papel que juegan en la transición los amigos del controversial excapitán: el exgeneral José Luis Quilo Ayuso, fundador de FCN y presidente de Avemilgua, y el excoronel César Augusto Cabrera.
No obstante las negaciones de Morales, la Avemilgua juega ya un papel en su gobierno más relevante del que él admite. Recordemos lo que Quilo Ayuso le dijo a Anita Isaacs, y que esta publicó en The New York Times: los veteranos militares estamos reclamando nuestra cuota de poder en la próxima administración en puestos “que nos incumben” (“A Wrong Turn for Democracy”. Anita Isaacs. The New York Times, 5/11/2015).
Esto es preocupante y plantea el dilema de si Jimmy Morales ignora las fuerzas que se mueven a su alrededor, o sabe más de lo que dice y está alineado con la Avemilgua. Sea cual sea la respuesta, es evidente que el país está en proceso de sufrir un retroceso.