Por cinco meses y medio logró huir de la justicia, pero Juan Carlos Monzón asegura que durante todo ese tiempo lo que más deseaba era entregarse y ser procesado. Temía al poder de Otto Pérez Molina, a quien responsabiliza del riesgo que ha corrido su vida desde que participaron juntos en la estructura de defraudación aduanera La Línea.
Nota publicada en la edición 125 de la edición impresa el 16 de octubre de 2015.
Desde que se entregó a la justicia, a Juan Carlos Monzón le llevan todos los días comida de su casa a la prisión de Pavoncito. El menú del lunes fue de huevos duros con tomate, carne y crepas.
El ex secretario privado de Roxana Baldetti pasa el día en una pequeña oficina situada al lado del alcaide del penal. Llega ahí a las 4:45 de la mañana y a las 7:00 de la noche se traslada a su celda, para pasar el mayor tiempo posible alejado de los demás reos. Su vida, ha denunciado él, corre peligro por todo lo que sabe.
Su esposa, Asya Ylena Mora, es quien le lleva los alimentos. Fue ella también quien facilitó esta entrevista con quien por más de cinco meses fue el hombre más buscado del país.
Monzón, vestido con pantalón de lona y sudadero, detiene la lectura del periódico cuando ve entrar a su esposa. Se levanta, la abraza y la besa. Ella le entrega una tarjeta con la fotografía de sus dos hijos en traje de motocross, un manojo de papeles y las instrucciones sobre a qué tiempo de comida corresponde cada recipiente. Él se prepara para comenzar esta conversación.
De entrada, el exsecretario rechaza ser el jefe operativo de la estructura político-mafiosa de defraudación de aduanas conocida como La Línea. “No fui el líder”, dice y “no voy a hablar de interioridades del caso por recomendación de mi abogado”.
¿Cuándo conoció a Roxana Baldetti? ¿Por qué ella llegó a tenerle tanta confianza?
La conocí en 2010 por medio de Édgar Cristiani. Él me llevó a una reunión en Retalhuleu y le presté mi picop. Esa vez solo la saludé. Después, Cristiani me pidió que colaborara como empresario en el partido. Aporté dinero, comencé a trabajar con Aleksánder Castillo y conseguí que un empresario aportara Q30 mil mensuales (al Partido Patriota), dinero que le entregaba directamente a Baldetti. No me gustó trabajar con Aleksánder y me retiré. Entonces hablamos por teléfono con Roxana y me preguntó: “¿Tenés 24 horas libres para trabajar? Quiero que te volvás mi asistente”. Al día siguiente, convocó a los dirigentes a una reunión y fue clara: “Ahora Aleks te va a tener que pedir permiso a vos para hablar conmigo”. Fue el 2 de octubre de 2010 cuando me convertí en su asistente personal. Ahora no sé si darle las gracias o no a Cristiani por eso.
Pero usted también le sirvió a Otto Pérez Molina. ¿Le ayudó a administrar su fortuna recién habida?
Con él no tuve ninguna función directa. Desde el inicio solo estuve con ella (Baldetti). A finales de 2014 comencé a manejar algunas cosas para el presidente, pero no me las pedía a mí, todo era a través de ella.
¿Cuál era el papel de Víctor Hernández (el empleado de una de sus empresas que sirvió como testaferro para registrar nuevas propiedades de Pérez Molina) en la estructura de La Línea?
No voy a hablar de ese tema por instrucciones de mi abogado.
¿Cómo pudo estar prófugo todo este tiempo?
Fueron cinco meses muy difíciles, pero prefiero estar aquí que huyendo. Tengo amigos que no están relacionados con la política y que me ayudaron al verme en problemas. No le voy a dar nombres, pero me brindaron hospedaje y alimentación.
Se sospechaba que el Gobierno lo protegía, incluso que estaba resguardado por el crimen organizado y hasta se pensó que estaba muerto.
No me ayudó nadie del Gobierno ni de ninguna organización. Estoy seguro de que mi vida corría y corre peligro por todo lo que sé. Estuve pendiente de las declaraciones de Pérez Molina y Mauricio López Bonilla sobre la orden de captura girada por la Interpol, y el ofrecimiento de dinero como recompensa para denunciarme. Pensé que era una trampa para que me entregara. Si aparezco en aquel momento, me matan.
¿A quién le teme? ¿Qué tanto sabe?
Me dejaron solo. Los políticos del partido me culpan por el descalabro del Patriota, otros me critican porque dicen que fui el causante de todo el desastre. Hay empresarios que, le aseguro, ya salieron del país (que se beneficiaban de la defraudación en aduanas) y no son 50 como dijo el Ministerio Público, deben ser más. Ahora, soy el enemigo de todos. La Línea es solo la punta del iceberg, pero no hablo más.
¿Cómo fue su regreso desde Corea del Sur a Guatemala?
Me enteré en Corea por medio de mi asistente de que habían allanado las oficinas de mi empresa Canchas Deportivas. Posteriormente, le hablé a Roxana estando todavía en el hotel. Bajé a su habitación, confirmamos que tenía orden de captura. Arreglamos para que ella regresara de inmediato a Guatemala. Yo había acordado con ella que iría a España a reunirme con un proveedor y me fui. Ella me dijo “andá a hacer tu mandado”. No es cierto que me haya dado 48 horas para volver al país y entregarme a las autoridades. Ella creía que lo iba a poder resolver todo en Guatemala y que no tendríamos problemas. Jamás pensamos todo lo que iba a ocurrir. De Corea viajé a España, de España a Colombia. De ahí a El Salvador y a Honduras. Llegué a Guatemala y me quedé aquí escondido por cinco meses.
¿Cómo entró a Guatemala?
Por tierra, en carro, con mis hijos, con mi familia. Pasé por todos esos países porque así era el itinerario de vuelo y en Honduras, porque allí me reuní con mi familia. Si algo quería, era entregarme.
Baldetti dijo a los medios que le dio 48 horas para volver al país y entregarse.
Falso. Yo personalmente le dije a ella que vendría y ella dijo: “Voy a ir a ver qué está pasando y después te aviso, vos andate a hacer tu mandado. Yo me encargo”. Y me fui a España.
¿No dimensionaron los alcances de la investigación?
No, nunca lo pensamos. Sabíamos que era algo de aduanas, nada más.
¿Cómo se justificaban entre ustedes mismos la apropiación de fondos públicos cuando veían que hacía falta dinero para hospitales y escuelas?
Usted lo pregunta por los volúmenes de dinero que se mencionan en los medios y no es ni una tercera parte de lo que la prensa dice. No son esas cantidades. Es mucho menos y no llega a esas proporciones.
Se comunicó con Pérez Molina mientras él era presidente. ¿Qué le dijo? ¿Qué respuesta recibió de él?
Le mandé una carta al presidente a través de Roxana. Ella la leyó y se la envío a él. Le pedí que no me culpara, que recordara que yo no era el cabecilla de la banda, que dijera la verdad, que no presionara a las instituciones (MP y CICIG) porque yo bien sabía quién daba las instrucciones. Ninguno me respondió.
¿Por qué le sugirió a Roxana Baldetti la contratación de Salvador Estuardo González (alias Eco) y qué tareas le asignó?
Estuardo es mi amigo de la infancia, especialista en economía y finanzas. Roxana me pidió una persona que se hiciera cargo del área financiera, en el buen sentido, de llevarle y ordenarle sus cosas personales porque no tenía el tiempo suficiente. Le presenté a Estuardo, quien había sido gerente de Telefónica y otras empresas grandes, y lo contrató. Después me pidieron que consiguiera a una persona de confianza para que tuviera enlace directo con Pérez Molina y la Superintendencia de Administración Tributaria, y propuse a Estuardo.
Usted, el expresidente y Baldetti ostentaban riqueza mientras gobernaban. De ahí la sospecha permanente de sus vínculos con actos de corrupción.
Nada de lo que tengo lo hice con dinero del Gobierno. Mi casa de San Cristóbal la terminé de pagar en 2014 y por eso pasó a mi nombre. La casa de Santa Lucía Milpas Altas la compré en 2007 y tengo las pruebas para demostrarlo. La gente se olvida de que soy empresario desde hace 15 años y que los bienes los adquirí, poco a poco, con mi esposa desde hace mucho tiempo. Cómo quisiera que vieran mi declaración patrimonial para que lo comprueben. En el caso de Pérez Molina y Roxana desconozco cómo adquirieron sus bienes, pero algunas cosas las tenían antes de hacer Gobierno.
¿Y cómo explica la adquisición de propiedades, el apartamento en zona 14 y su colección de motos?
No tengo ningún apartamento. La única moto que compré durante el gobierno es una MV Agusta (una de las 10 motos más caras del mundo) la compré porque vendí otra que tenía. Siempre he tenido pasión por las motos, eso lo saben todos los que me conocen.
¿Cuánto dinero obtuvo de La Línea?
Casi nada, no fue mucho y (lo que recibí) no hubiera alcanzado para comprarme ni dos motos de las que tengo.
Exministros de Estado aseguran que Baldetti y usted cobraban comisión por las compras y por los pagos del Estado. Se le señala a usted de recoger el dinero.
Roxana y yo somos tan inteligentes que jamás hubiéramos hecho eso, es completamente falso. Imagínese que yo pidiendo dinero a los ministros. Malos manejos de dinero estoy seguro que hubo en todos los ministerios. El que diga que hicimos eso, miente.
¿Existen caletas con dinero?
No. Yo por lo menos nunca las vi.
¿Contemplaron alguna vez el riesgo de ser descubiertos?
No se miraba que nos fueran a descubrir por algo malo. Los resultados del incremento de la recaudación (legal) se levantaron, el Ejército intervino y nuestro cometido era mejorarla aún más. No nos daba miedo que se descubriera eso.
¿Medían la antipatía, la animosidad que inspiraban en la sociedad?
Esa antipatía se produjo a causa de los diferentes sectores aprovechados de la situación que querían darle un golpe técnico al gobierno.
Antes del 16 de abril, ¿temían la acción de la CICIG? ¿Cómo veían a la fiscal general recién electa?
No, en realidad no, por lo menos yo no tenía temor de Cicig. Yo sabía que Thelma Aldana era afín al partido y se postuló con el apoyo del partido, pero ha estado haciendo su trabajo.
¿Cuántos años calcula que pasará en prisión?
Lo que uno proclama con su boca se cumple. Así que yo sé que será poco tiempo.
¿Por qué la Fiscalía debería hacer una negociación con usted como colaborador eficaz? ¿Qué puede darle que no pueda ella conseguir sola?
En ningún momento he dicho que voy a ser un colaborador eficaz ni testigo protegido. La única situación es que voy a contar toda la información necesaria para que la verdad prevalezca. He dicho que soy el eslabón que el MP necesita para cerrar y ser contundente y concreto. El colaborador es necesario si la Fiscalía no tiene los elementos necesarios para formalizar las acusaciones y estoy casi seguro de que todavía les hace falta algo.
¿Aspira a irse del país y hacer vida en otro sitio junto a su familia?
Si las condiciones me lo permiten, quisiera vivir en Guatemala y no creo tener dinero para vivir en otro país. Si fuera necesario me iría, porque va a ser casi imposible estar aquí. Toda está especulación que se dio con las grandes cantidades de dinero de La Línea, hace que todos piensen que tengo dinero. Hay mucha gente resentida y me atribuyen el descalabro del partido.
¿Con qué intención ingresó a la política? ¿Buscaba hacer negocios?
Cuando solo era empresario quería estar en Gobierno porque miraba cómo mis amigos conseguían fácilmente contratos. Al estar en el Patriota le pedí a Roxana ser viceministro de Cultura o estar en la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala, pero no me lo permitió.