"A pesar de todo, hay esperanza y estamos decididos a aprovechar las circunstancias para iniciar la transformación del país".
Llega el fin del año 2015 y cuando vemos hacia atrás quedamos asombrados de todo lo que vivimos este año, especialmente los acontecimientos políticos. En unos días tomará posesión un nuevo gobierno y hay mucha ansiedad respecto al equipo de trabajo, su plan y el liderazgo que tendrá para gobernar.
También observamos cambios en el mundo. El terrorismo tiene en tensión a los países más desarrollados, los escándalos de corrupción son de escala internacional y los sucesos políticos en Cuba, Venezuela y Argentina señalan que la región está cambiando.
Respecto a nuestro país, los últimos estudios muestran que la desnutrición crónica ha bajado, pero la pobreza aumentó. El déficit fiscal es alto y la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) débil. Los servicios públicos están en crisis y los juzgados están llenos de casos pendientes por resolver. La corrupción está presente en casi todas las instituciones. El gobierno de transición fue más pasivo de lo que esperábamos y aún hay grandes desafíos con el Congreso. A pesar de todo, hay esperanza y estamos decididos a aprovechar las circunstancias para iniciar la transformación del país. Sin duda hay que tomar decisiones, definir prioridades y producir cambios, ¡el futuro del país está en juego!
El Ejecutivo deberá, de forma decidida, actuar en temas como el recurso humano, las obras públicas y la ejecución del gasto. En relación al recurso humano, es importante hacer una auditoría de los empleados, evaluar al personal y los trabajadores que no son necesarios, se les deberá rescindir los contratos. Desde el principio debe haber claridad y lineamientos para abordar los pactos colectivos y decidir qué negociar a futuro. Adicionalmente, no deben emplearse personas referidas, especialmente las que no llenan el perfil ni la calidad deseada.
Las obras públicas deben ejecutarse de forma transparente y acorde a la ley. Deben priorizarse obras como agua potable, educación primaria y caminos vecinales. Urge “limpiar” los puertos y aeropuertos y analizar los contratos del Ministerio de Comunicaciones, así como los de los Consejos de Desarrollo. Debe seguirse con la diversificación de las fuentes de generación de energía, ampliar la electrificación rural y seguir con el proceso de revisión de la tarifa social para que se aplique bien. En telecomunicaciones es fundamental subastar el espectro AWS de forma transparente y mantener la competencia.
En relación al gasto social, es necesario revisar los grandes rubros, en especial de desarrollo, salud, educación y gobernación. Hay que evaluar todos los programas sociales y determinar con cuales se continuará. Importante que el Ministerio de Salud inicie una reestructuración, retome su rectoría y se hagan cambios, inclusive en el IGSS. En Educación se requiere mucha innovación para generar programas masivos de capacitación para los jóvenes, además de mejorar la calidad en primaria y duplicar la cobertura en preprimaria. En Gobernación debe mejorarse el reclutamiento y administración de la policía, como la inversión en infraestructura y el control del sistema penitenciario. Y, para asignar recursos y reformar el sector, será necesario hacer un plan estratégico de seguridad y justicia.
También habrá que programar el censo –que no fue presupuestado–, así como encuestas de victimización y otros estudios que servirán para intervenciones certeras. Será tarea de la Secretaría de Planificación y Programación analizar la situación, evaluar las promesas de campaña y presentar un plan para los siguientes años, con metas y objetivos claros. Es esencial definir un modelo económico, promover la generación de empleo y reestructurar la SAT.
Además será de vigilar la relación que tendrá el Ejecutivo con el Legislativo. No debieran de tolerarse interpelaciones inútiles ni bloqueos a funcionarios por réditos políticos y estar atentos a la aprobación de leyes populistas. Adicionalmente, se elegirán los magistrados de la Corte de Constitucionalidad y pondremos a prueba parte del sistema. Debemos contar con instancias de observancia y seguimiento de parte de la sociedad civil y medios de comunicación y exigir que se cumpla lo que se promete, y que los políticos actúen con transparencia y eficiencia.