El Fifagate llega a Guatemala para develar el secreto a voces. Mientras el balón se desinflaba cada vez más, los bolsillos de los directivos se llenaban y no precisamente de aire.
* El presente reportaje fue publicado el 11 de diciembre, en la edición 134 del impreso.

Fotografía: Luis Soto/ContraPoder
Al voltear a ver las canchas de Guatemala, sus estadios desolados en días de partido, las desatendidas canteras de jugadores y lasvitrinas empolvadas y vacías, todo apunta a una dirección: el edificio de piedra caliza a un lado del colegio Valle Verde, en el Bulevar Vista Hermosa, zona 15. Allí reside la Federación Nacional de Fútbol (Fedefut).
Se trata de la institución rectora del fútbol nacional, adherida a la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) y a la Federación Internacional de Fútbol Asociada (FIFA), que padece escasez en resultados deportivos, recursos económicos y capacidad de gestión.
Y en esa misma línea (Fedefut-Concacaf-FIFA) se enmarca el escándalo por corrupción, estafa, soborno, extorsión y compra de votos más grande de la historia, conocido como el Fifagate.
Una estructura criminal compuesta por 44 directivos en el mundo que presuntamente está liderada por el suizo Josepp Blatter, quien dirigió la FIFA de junio de 1998 a octubre 2015. Un proceso que investigan la fiscalía general de Estados Unidos y la propia FIFA, y que evidencia cómo en la Concacaf y en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), principalmente, se beneficiaron empresas de transmisión de torneos y hubo, por otra parte, compra de votos para elegir sedes de Mundiales o torneos continentales.
La debacle de Brayan y compañía

Foto: Luis Soto/ContraPoder
El 4 de diciembre, un día después de haber atendido a los medios de comunicación en las oficinas de la Fedefut donde ofreció colaborar con las investigaciones estadounidenses, el entonces presidente de la misma, Brayan Jiménez (cirujano dentista, de 61 años) decidió desaparecer. Se había emitido una orden de captura en su contra, lo que también sucedió con Héctor Trujillo, magistrado suplente de la Corte de Constitucionalidad; Rafael Salguero, exfuncionario de la FIFA, y otros 13 colegas. Ellos se suman a 28 directivos de la organización mundial investigados desde mayo, cuando estalló el caso.
“No contentos con secuestrar el deporte más popular del mundo por décadas, con ganancias ilícitas, estos (16) acusados trataron de institucionalizar su corrupción para asegurarse de que podían vivir de ella, no por el bien del juego, sino para su propio engrandecimiento personal y el aumento de su riqueza”, dijo Loretta Lynch, fiscal general de Estados Unidos, quien encabeza las pesquisas.
Lynch acusó a Rafael Salguero, exvicepresidente de Asuntos Legales de la FIFA y miembro del comité ejecutivo desde 2006, de haber cobrado US$100 mil en sobornos a otros delegados para conceder derechos de transmisión; mientras que a Jiménez y Trujillo, este último representante del Comité Ejecutivo de Concacaf ante la FIFA, les imputó un «soborno de seis cifras» y otro de US$200 mil.
Al frente de la Fedefut, el dentista que había sido Comisionado Presidencial del Deporte desde 2008 y que creía tener la receta para solucionar “el problema de siempre” del fútbol nacional, no consiguió cumplir lo que ofreció al asumir hace casi seis años. Él sucedió a Óscar Arroyo.
Ni de lejos logró que la Selección clasificara para un mundial. Los resultados fueron “los mismos de siempre”, salvo una espontánea clasificación en 2011 al Torneo Sub-20, celebrado en Colombia. Nunca antes Guatemala había llegado tan lejos.
Bajo su mandato (un período y medio), el país no escaló cuantiosamente de nivel en el ranking FIFA, que mide puntos por partido jugado. En 2010, Guatemala se ubicaba en el puesto 118 y en 2015 en el lugar 94 de 209.
En cinco años, la hazaña de la selección mayor fue llegar a la final de la Copa Centroamericana en 2014, tras un año de inactividad.
Cómo evitar una goleada

Blatter en el Congreso de Guatemala. Foto: Luis Soto/ContraPoder
Una solución para enderezar la Fedefut sería modificar los estatutos en la forma que se elige al Comité Ejecutivo, afirma Eduardo Navas, director de Futeca, una academia de fútbol y alquiler de canchas deportivas.
El empresario ha acompañado los proyectos encabezados por Martín Machón (futbolista retirado) en 2009 y a Dwight
Pezzarossi, en 2013, para dirigir el organismo. Pero las dos veces el vencedor fue Brayan Jiménez, la primera ocasión por un voto de diferencia y la segunda con más soltura (29 a 15).
Con Navas coincide David Gardiner, analista deportivo y futbolista retirado que fue miembro de la selección nacional en los años 80. “La elección está corrompida a través de la compra de votos, es un secreto a voces. Para cambiar, todos los deportistas tendrían que tener derecho a elegir”, dice.
Navas también propone modificar el numeral 2 del artículo 35 de los estatutos de la Fedefut, el cual establece que “los miembros del Comité Ejecutivo (presidente, secretario, tesorero y los dos vocales) serán electos por la Asamblea General y desempeñarán sus cargos en forma ad honorem”. Si recibieran un salario, agrega, se podría fiscalizar de mejor manera.
Para sanear a la institución, sigue Navas, “quienes pueden hacer cambios son lo propios integrantes de la asamblea general (conformada por las asociaciones departamentales y las ligas afiliadas), pues si la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) o el gobierno quiere intervenir, la FIFA castigaría a la Fedefut”, con una suspensión de dos años, como sucedió con Nigeria.
Según los estatutos de la FIFA, ningún gobierno debe inmiscuirse en decisiones administrativas de las federaciones de fútbol aunque administren fondos públicos.
La Federación tiene tres vías de financiamiento: mediante el presupuesto público, la FIFA y los patrocinios. En 2015, tuvo un balance exacto de egresos e ingresos de Q11 millones 951 mil. La mitad de esto fue por financiamiento del gobierno central, vía la CDAG.
Milton Mendoza suple de manera interina a Jiménez por ser parte de la misma planilla, como Vocal I. El dirigente, que estuvo al frente del Club Heredia y cuyo hermano permanece detenido en Mariscal Zavala sindicado de narcotráfico, confirmó a ContraPoder que no aspira a presidir la Fedefut. Una nueva asamblea decidirá el próximo 22 de diciembre.
La caída de Jiménez, según la describió, es “un golpe (a la corrupción) a nivel mundial. El tema son los derechos de transmisión para Copa Oro. Brayan y compañía firmaron cheques por US$500 mil”, indicó Mendoza.
Un juego sucio

Foto: Archivo/ContraPoder.
Es un mal que avanza con el tiempo. Un mal ganador. El antifútbol.
“La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”, escribió el escritor uruguayo Eduardo Galeano en El fútbol a sol y sombra. Un placer y un deber, según Galeano, “fuente de emociones populares, que genera fama y poder”.
Diego Armando Maradona, el futbolista argentino que reinó en la década de los 80, lo dijo en su discurso de retiro en octubre de 1997, a manera de queja, vergüenza y vaticinio: “la pelota no se mancha”.
Esa ambición desmedida es la constante que observa Gardiner. Se pregunta: “¿Qué le hacía falta a Blatter. Después del dinero viene el poder y ávidos de poder están. Le han hecho daño al fútbol, ellos sí han ensuciado la pelota”.
En la historia del fútbol profesional hay una variedad de casos de gente vetada, suspendida o encarcelada incluso, que no ha logrado detener la bola de nieve. El caso Fifagate es el más emblemático porque tocó a la cúpula de la organización en funciones (Blatter y su vicepresidente Jerome Valcke) y sus redes en Europa (Michelle Platini, quien dirigía la división europea o Franz Beckenbauer, en Alemania) y el continente americano.
Emilio Maurer, Sergio Jadueo el propio Jõao Havelange, antecesor de Blatter al mando de la FIFA, son algunos ejemplos que desnudan el lado oscuro del fútbol. Personajes clave que aún desatan polémica en sus países de origen.
El primero, un empresario mexicano que por buscar una tajada del pastel terminó preso una noche y fue declarado non grato por la Federación Mexicana de Fútbol en 1993. Maurer fue parte de un equipo federativo que llegó a contratar al director técnico César Luis Menotti, el mismo que llevó a Argentina a ganar la copa en 1978. Abrir las transmisiones a otras televisoras, le costó el puesto y el vínculo al fútbol asociado.
Jadue fue quien sucedió a Harold Mayne-Nicholls en la federación chilena, en 2011. Le venció en las elecciones y ello derivó en la renuncia del director técnico de Chile, Marcelo Bielsa, quien acusó a Jadue de estar ligado a empresas del expresidente Sebastián Piñera. A Bielsa, quien vivía en el centro de entrenamiento (literalmente), le atribuyen haber generado un cambio de mentalidad en los jugadores y clasificar al Mundial Sudáfrica 2010 en segundo lugar, solo por detrás de Brasil. Jadue está vinculado al caso Fifagate, libre bajo fianza.
Havelange es un mito en sí mismo. Tiene 99 años y durante 24 dirigió la FIFA (1974-1998). La mayoría de aficionados al fútbol le achacan la conversión del deporte al negocio (sus principales socios fueron Adidas y Coca-Cola). En 2013 decidió renunciar a la presidencia honoraria de la Federación Internacional, por acusaciones de sobornos con contratos televisivos en varios mundiales con una empresa de márketing llamada International Sports and Leisure, en otro caso emblemático de corrupción en la FIFA.
Sin solución a las puertas de una nueva asamblea en Guatemala, con los principales directivos a nivel mundial de las últimas décadas bajo la lupa, el fútbol asociado, el de la industria, no deja más que suciedad y cenizas.