Vestida con botas militares y pistola al cinto, María Julia atraía las miradas de los guatemaltecos. Su estatura, que superaba por mucho el metro 60 promedio, también la diferenciaba del resto de mujeres. Conocida como La Maciste, nació en Retalhuleu en 1902 y murió en la capital en 1962.

“Conoció a (Jorge) Ubico cuando este era jefe político del departamento. Tuvo que enfrentarlo por una queja que presentó contra ella su abuelo, una diferencia que al parecer solo el jefe político podía dirimir. La joven no se arredró, no se dejó intimidar, y eso le gustó a Ubico. A partir de entonces se convirtió en su incondicional”, según un ensayo de Arnoldo Gálvez Suárez, publicado en Plaza Pública.
Sus primeros puestos administrativos los ocupó con Ubico. Se encargó de apoyar la primera campaña presidencial y durante el gobierno fue jefa de la Dirección de Compras y Suministros, también jefa de la Proveeduría Escolar. Hay quienes mencionan que le conseguía mujeres al general, pero son historias contadas por antepasados no corroboradas.
Al finalizar el gobierno de Ubico, no hay registros de qué pasó en la vida de La Maciste. El único evento donde se le menciona es durante la revolución del 44 cuando allanaron su casa y congelaron sus bienes. Ella reaparece en la administración de su primo Ydígoras Fuentes, quien primero la nombra Ministra de Educación y después la convierte en secretaria privada de la Presidencia. Fue la primera ministra mujer que tuvo el país.
Poco se sabe de su paso por el Ministerio de Educación, según historiadores, el sindicato magisterial no la dejó tomar posesión del cargo debido a que tenía modos y vestuario masculino. Las notas de prensa de El Imparcial, Diario de Centroamérica y La Hora publicadas entre el 14 y el 16 de noviembre de 1962, el año de su fallecimiento, la describen como una mujer anticomunista, bondadosa, valiente y desinteresada en ayudar a los demás.
“Posteriormente la vemos intervenir en la oficina de compras del país (...) luego fugazmente en una crisis administrativa del gabinete como ministra”, cita una nota de José García Bauer en el diario oficial. Mientras que Clemente Marroquín Rojas, en una columna de La Hora, se refiere a ella como una persona que al pedirle ayuda da el doble.
Murió cuando era la secretaria privada de Ydígoras. Dos días antes de su fallecimiento fue condecorada con la Orden del Quetzal.
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