Quantcast
Channel: Contrapoder
Viewing all articles
Browse latest Browse all 433

“Guatemala y Guatecool”

$
0
0
“Guatemala y Guatecool”

Julieta tiene 8 años. Nació en Guatemala. Carlos, de 9, nació en Guatecool. Julieta se despierta antes de que salga el sol con un beso de su madre, pero no por madrugar amanece más temprano para ella. Vive en un barrio “marginal” de la ciudad capital. Debe salir temprano pues su mamá tomará el bus que sale a las 5:30am para llegar antes de las 8am a la oficina donde trabaja como recepcionista. El tráfico es terrible en Guatemala.

El colegio Cristiano donde estudia Julieta no cuenta con recursos suficientes para más maestros. La dueña tiene sus gustos también y debe minimizar sus costos. En la clase hay unos 40 alumnos. Afuera del edificio hay un mercado ambulante bastante ruidoso. El agua potable no llega a diario y a la hora del receso, Julieta compra una bolsa de Tortrix y un agua gaseosa que le mantiene despierta aunque claramente malnutrida. Las maras tienen tomada la colonia pero no se meten con quienes pagan las extorsiones mensuales, incluso el colegio. La escuela carece de áreas verdes y lugares donde Julieta se ejercite y juegue futbol, que le gusta tanto.

Mientras tanto a Carlos, que vive en la zona 10, lo despierta la Televisión automáticamente con la caricatura de la Pepa. El desayuno es abundante: fruta, cereal, huevos y pan con jalea. Su lonchera, de la última película de Disney, incluye tortrix, jugo, un sándwich y unas galletas “chiki”. El recorrido en BUS es rápido, unos 45 minutos. En su colegio no hay ningún indígena. De hecho, para Carlos, los indígenas viven afuera de la capital, son paganos y comen tortillas. No sabe ni cómo aparecieron en Guatecool, en sus clases le dicen que los mayas fueron “conquistados” por un emprendedor y aventurero español de apellido Alvarado, el mismo que él tiene. Su relación más cercana con indígenas se limita a la que tiene con la Chon, “la muchacha de la casa”, que durante la semana usa uniforme y el domingo usa “corte”. Carlos es católico y va a ver a su Papá cargar el turno que le heredó el abuelo.

Julieta pasa hambre durante las primeras horas pues a su mamá no le alcanza para un buen desayuno todos los días. A veces la Incaparina ayuda a que no le dé tanto sueño durante las clases de matemática. Ayer salió publicado en una revista que en su colegio solo 20 de cada 100 alumnos aprueban en matemáticas y 40 de cada 100 no comprenden lo que leen. Pero menos mal es un colegio privado. En la escuela pública del municipio solo 7 de cada 100 aprueban en matemática. El Colegio de Carlos, por otro lado, está dentro del ranking de los 10 mejores. Un diploma de ese colegio es suficiente credencial en el mundo laboral. Sin mucho esfuerzo, por ser así el sistema, la educación de Carlos será siempre mejor que la de Julieta. La motivación y el esfuerzo individual son factores importantes, pero las diferencias estructurales en ambas realidades son abismales. Pero Carlos no se preocupará de buscar trabajo más tarde en su vida, el nació en familia de “jefes” y al final ya sabe que irá a estudiar a los EUA un su MBA. Aun así, si no sabe qué hacer con las fincas, el leal y buen administrador de la familia seguirá reportándole por muchos años más.

A pesar del esfuerzo, y ser la mejor de su clase, Julieta no logra llegar a tener el mismo nivel educativo que Carlos. Carlos sabe inglés desde hace 2 años, viaja a Miami cada año y sus papás le regalaron un celular hace 6 meses, por lo que puede checar Internet y bajar música de Justin, cuya letra repite en los bailes y kermeses del colegio. Los amigos de Carlos son hijos de las mejores amigas de su mamá. Hasta novia le están consiguiendo ya entre ese grupo social. No vaya a ser que se nos pierda entre la shumada, dice bromeando la “Canche”.

Vigilada por un miembro de la mara que ya le puso el ojo, Julieta juega chamuscas de fut en la calle de tierra frente a su casa los viernes. Carlos juega en el jardín de su casa amurallada y los viernes llegan sus cuates del colegio a nadar a la piscina que tienen en casa. No sabe que afuera de las paredes, de los vidrios blindados de la Suburban y del centro comercial hay una realidad bien fea que con no verla no implica que no exista. Afuera de Guatecool está Guatemala.

El testamento de Carlos ya incluye la casa donde va a vivir, los carros que va a heredar y las fincas de ganado de Escuintla que son parte de la Empresa Familia registrada bajo el régimen de maquila para no pagar impuestos. Julieta tiene muchas vivencias que a Carlos le encantaría conocer para salir de su burbuja de aburrimiento y superficialidad en Guatecool, pero aparte de ser de diferentes “clases sociales”, no existía un espacio donde Carlos se entere de la existencia de Julieta… Guatemala y Guatecool no se tocan. Más bien se chocan y se esquivan. Bueno, con una excepción. El 25 de abril del año pasado Julieta y Carlos estuvieron juntos en la plaza con sus papás protestando. Estaban jugando frente a la fuente espantando palomas, pero rápido el papá de Carlos le llamó la atención y le dijo que no se soltara de la mano. Julieta cruzó miradas con Carlos pero siguió jugando a espantar palomas. Lo que no sabe Carlos es que Julieta algún día va a trabajar para él aún sin conocerse, a menos que los Carlos y las Julietas unidos hagamos algo al respecto para refundar una nueva Nación.

Hoy la mamá de Julieta está en la emergencia del San Juan de Dios. Fue herida por un ladrón que se subió al Bus. En el Hospital le dieron medicinas vencidas para el dolor y debió esperar más de dos horas para ser atendida. Casi pierde el trabajo pues el jefe no sabía en donde estaba y como no tiene celular no podía comunicarle del incidente. De Guatemala a Guatecool hay un gran barranco. Si su mamá hubiese muerto, el hogar de Julieta hubiese engrosado la lista de pobres, que para algunos no es más que un problema estadístico.

¿Cómo lograr que Guatemala y Guatecool sean menos ajenas una de otra? Con un poco de impuestos que pagaran las fincas de la familia y la familia extendida de Carlos, el Gobierno tendría más capacidad para surtir hospitales y prevenir que la mamá de Julieta muera de una infección, con un poco de impuestos se podría invertir en mejor educación para las Julietas, en canchas deportivas, en seguridad y en un mejor sistema de transporte público para todos sin dañar la calidad de vida de Carlos.

Carlos y Julieta tienen el mismo potencial intelectual para tener éxito económico, profesional, político o artístico… Sin mucho, para realizarse como personas integralmente; pero una de los dos, en Guatemala, tendrá el doble de obstáculos en su vida mientras que el otro, en Guatecool, el doble de privilegios. Una debe luchar para salir adelante y no caer en la pobreza, al otro le bastará hacer un par de llamadas telefónicas para consolidar su status social.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 433